- 1 Calabaza tipo cacahuete,
- 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra,
- 1 cucharadita de mostaza de Dijon, t
- omillo, orégano, ajo en polvo,
- 600 ml de bechamel ligera,
- 100 g de queso de rulo de cabra tierno,
- 8-12 láminas de pasta de lasaña,
- Queso para fundir emmental,
- Pimienta negra y sal.
Empezaremos asando la calabaza, tarea que podemos hacer el día antes. Precalentar el horno a 200ºC, partir la calabaza longitudinalmente y sacar las semillas. Cubrir con papel de aluminio o de hornear una bandeja, añadir un poco de agua y colocar la calabaza boca abajo. Asar hasta que la carne esté muy tierna. Desechar la piel y llevar a una fuente, chafándola bien. Mezclar con el aceite de oliva, la mostaza, ajo granulado, orégano y tomillo al gusto. Salpimentar, mezclar bien y reservar.
Preparar una bechamel ligera que no salga demasiado espesa. Precalentar el horno a 220ºC y seguir las instrucciones del fabricante de la pasta, por si necesitáramos cocer o hidratar previamente las láminas de lasaña.
Poner una capa fina de bechamel en el fondo de la fuente que vayamos a emplear y colocar encima una capa de pasta. Empezar a alternar capas, repartiendo primero la calabaza, regando después con bechamel y añadiendo queso de cabra desmenuzado. Montar tres o cuatro capas de pasta más, según nos cundan los ingredientes. También dependerá del tamaño de la pasta y del recipiente que usemos.
Terminar con una capa de pasta, cubrir con bechamel y añadir queso rallado al gusto. Dar un golpe de pimienta y hornear durante unos 25-30 minutos, hasta que la pasta se haya cocido bien y el queso esté fundido y gratinado al gusto. Dejar reposar unos minutos antes de servir con orégano por encima.
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