- 230 gramos de calabaza (pelada y sin semillas)
- 30 gramos de mantequilla (y un poco más para pintar la masa),
- 40 gramos de pasas
- 40 gramos de nueces
- 40 gramos azúcar de canela
- 30 gramos de azúcar de naranja
- 20 gramos de azúcar moreno
- 6 hojas de pasta brick
- c/n de azúcar glas.
En primer lugar hay que preparar la calabaza. Enciende el horno con calor arriba y abajo a 200º C. Lava bien la calabaza y practícale un corte muy superficial, sólo la piel en todo su contorno, por donde después la cortarás para abrirla por la mitad. Para una calabaza de medio kilo aproximadamente, necesitarás unos 20 minutos de horno para pelarla fácilmente y que la pulpa esté un poco cocida, pero muy poco, así después de hornear el strudel estará tierna pero conservando su forma.
Cuando la calabaza esté lista, deja que se enfríe un poco para poder pelarla y a continuación córtala en dados pequeños. Ponla en un bol e incorpora la mantequilla ablandada, las pasas, las nueces y los tres tipos de azúcar, mezcla bien.
Extiende las láminas de brick en la mesa de trabajo, para cada strudel se utilizarán tres. Píntalas con un poco de mantequilla, puedes fundirla si lo deseas. Dispón las tres obleas de pasta brick superpuestas para cada strudel y coloca en el centro el relleno.
Dobla la masa primero por los laterales, después dobla la parte inferior y envuelve cerrando como un paquete, pon el pliegue en la parte inferior y colócalos en la bandeja del horno. Ahora éste debe calentarse a 180º C con calor arriba y abajo.
Pinta la pasta brick con mantequilla en toda su superficie, espolvorea un poco de azúcar glas y hornea durante media hora. Pasado este tiempo, retira la bandeja del horno, espolvorea más azúcar glas sobre cada strudel y listo para servir.
¡Buen provecho!
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